Era una ventosa tarde de otoño, para precisar un 31, cuando el viejo Matt Oldest se atiborraba a castañas asadas en su cabaña del monte. Matt Oldest era un viejecillo de nariz ganchuda y piel cetrina, no le gustaba mucho la compañía de otra gente, por eso vivía en esa cabaña lejos del pueblo.
Cuando ya iba por la 40º castaña, oyó unos golpes en la puerta, nadie se acercaba a esa cabaña desde hacía tiempo,
Qué cosa tan rara.Fue a abrir la puerta, pero solamente había una castaña quemada. Dudoso, volvió a comer castañas, hasta que… otro golpe en la puerta, esta vez se dio más prisa para intentar pillar al agresor, pero solo había otra castaña; la cogió la examinó y vio que ponía una letra, cogió otra castaña y vio las dos juntas juntaban la palabra NO. Extrañado se guardó las dos castañas en el bolsillo, de repente sonó como el ruido de una metralleta sobre la puerta; se dio toda la prisa que pudo y vio más castañas en el suelo formando: VAYAS AL BOSQUE.
Todo junto decía NO VAYAS AL BOSQUE, Matt intrigado cogió su vieja lámpara de aceite y salió de su cabaña, se dispuso a cerrar pero la puerta ya estaba cerrada, siguió por el camino del bosque como si no pasara nada…
Al entrar en el bosque una neblina horrible le envolvió, detectando cada sonido como si estuviese cuatro veces más amplificado, Matt valientemente se adentró en las profundidades del bosque…
Muchas veces le pareció oír susurros y ver siluetas dibujadas entre la niebla, pero solo le preocupaba como salir del bosque. Al poco rato encontró unas castañas, como las que habían tirado a su puerta, en las que ponía: NO DEBERIAS HABER VENIDO. Matt se dio la vuelta y vio un centenar de personas que avanzaban lentamente hacia él…
De algunas personas le sonaba la cara, pero no sabía de que. Esas personas llevaban la ropa hecha jirones y todos tenían la cara muy estropeada. Matt se dio un susto de muerte al reconocer a su madre, que se suponía que estaba muerta, y a su hermano pequeño. También reconoció a su horrible tía Benita y a familiares de las gentes del pueblo.
Estaba horriblemente asustado, Matt apostaría lo que fuera a que resquebrajaron la tumba para llegar hasta allí, así que no se le ocurrió otra cosa que salir corriendo. Pero se enzarzaron en la típica persecución cómica (de que uno corre hacia delante con alguno persiguiendo por detrás y otros les cierran el paso por delante, y viceversa) hasta que al final consiguió huir.
Cuando llegó a su cabaña encontró más castañas en la puerta en las que ponía: TE LO ADVERTÍ. Entró en la cabaña y para sus adentros pensó: no se suponía que la puerta estaba cerrada. Aquella noche Matt Oldest tiró todas las castañas que tenía encima de la mesa, y como se le había perdido la linterna decidió bajar al pueblo a por una, pero al abrir la puerta encontró más castañas: DEBERIAS ESTARME AGRADECIDO. Maldiciendo entró en la cabaña decidido de no salir nunca más de ella.
Alicia, 6ºB
Blog del Tercer Ciclo del Ceip. Buenaventura González de Bezana. Cantabria.
viernes, 13 de noviembre de 2009
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